La etiqueta del certificado energético cuenta con una escala de colores que sirve como clasificación energética, que va de la A a la G, siendo la A la más eficiente y la G la menos. Para ello, se realiza un estudio de las instalaciones que usa el inmueble para producir energía, la orientación, situación… En esta etiqueta de eficiencia energética eléctrica aparecen los datos del inmueble y del técnico correspondiente, y la calificación energética obtenida. Por otra parte en el informe también aparecen la calificación del consumo de energía, las características térmicas de la vivienda y una serie de recomendaciones para mejorar el sistema de producción de energía.
Qué tenemos en cuenta a la hora de realizar el certificado energético
Hay diferentes factores que influyen en la calificación energética de una vivienda en Barcelona y Mallorca. Son importantes las características de las instalaciones del sistema de calefacción, refrigeración o el agua caliente. Pero no es lo único en lo que nos basamos para estudiar las condiciones térmicas que debe cumplir una vivienda. Para empezar tenemos en cuenta la localidad donde se encuentra el inmueble, ya que el clima es diferente dependiendo de la zona. También influye cuando se construyó el edificio o el inmueble. Para determinar por dónde puede entrar o salir energía, pasamos a revisar el suelo, muro de la fachada, ventanas y marcos.
La responsabilidad de obtener certificado energético
La responsabilidad de contar con la etiqueta del certificado de eficiencia energética recae en el propietario del inmueble. Sí que es verdad que para poder expedir el certificado de eficiencia energética, se necesita un técnico autorizado que cumpla con unos requisitos legales. No obstante los usuarios deben tener esta etiqueta y calificación energética en vigor si se quiere alquilar o vender el inmueble (hay algunas excepciones), y debe quedar registrada por el órgano competente, ya que podría incurrir en una infracción.